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Qué son los derechos lingüísticos y cómo defenderlos: el proceso de desarrollo de la Declaración por parte de la Coalición Global por los Derechos Lingüísticos

Updated: Feb 20



Por Gerald Roche y Katie Craig


El 22 de febrero de 2023, la Coalición Global por los Derechos Lingüísticos emitió un texto breve titulado Qué son los derechos lingüísticos y cómo defenderlos. En el momento en que se redactó esta nota, el texto ya había sido publicado en 16 idiomas y se tenía previsto elaborar traducciones adicionales. En este artículo contamos por qué y cómo se escribió el texto de la declaración.


Motivación y principios subyacentes

La motivación para redactar esta declaración provino de las personas que integran la coalición (es decir, activistas que trabajan con comunidades promoviendo los derechos lingüísticos). Escuchamos muchas veces a diferentes miembros de la coalición decir que un desafío persistente al que se enfrentan es la falta de conciencia sobre los derechos lingüísticos. El objetivo básico de la declaración, entonces, es ayudar a crear conciencia sobre qué son los derechos lingüísticos.


Para lograr este objetivo, nuestra intención era redactar una declaración que fuera accesible y fácil de entender. Además, queríamos que el texto estuviera disponible en tantos idiomas como fuera posible para que pudiera usarse en distintos contextos.


El texto original fue redactado en inglés por un grupo de miembros de la coalición (al final de este texto se indican los nombres de las personas que integran el grupo). Para que el texto fuera accesible evitamos usar el lenguaje abstracto, arcaico y legalista que suele usarse en las declaraciones de derechos humanos. En cambio, buscamos oraciones cortas y sencillas, cada una enfocada en una sola idea. Simplificamos el vocabulario usando palabras de alta frecuencia. Asimismo, buscamos hacer que el lenguaje fuera concreto y dinámico, enfocado en acciones, personas, lugares y cosas. Finalmente, también queríamos que el texto fuera breve, para que pudiera compartirse fácilmente en las redes sociales. La declaración final en inglés solo tiene 326 palabras.


Sobre la redacción y el contenido del texto

La redacción del texto fue realizada por un grupo de trabajo integrado por miembros de la coalición; este se reunió por Zoom para hablar sobre el contenido, el tono y los posibles usos del escrito. Partiendo de este intercambio, Gerald Roche, facilitador del grupo, redactó un primer borrador; luego, ese borrador se circuló entre el grupo para que sus integrantes hicieran observaciones y comentarios. Una vez finalizada la discusión y la revisión, el texto fue enviado a traducción; a quienes se encargaron de ella se les pidió brindar sus comentarios sobre el contenido presentado y su traducibilidad. Más tarde, el texto se compartió en redes sociales (Twitter y Facebook), tanto en inglés como en otras lenguas, para así poder recibir comentarios y observaciones adicionales. Por último, el grupo de trabajo se reunió nuevamente para analizar los comentarios recibidos y redactar una versión final.


La versión final abarca tres ejes principales. El primero de ellos consta de dos párrafos que tratan sobre el alcance de los derechos lingüísticos, es decir, el contexto —lugares y situaciones— en los cuales se pueden exigir tales derechos; por ejemplo, en las escuelas, el lugar de trabajo, los servicios médicos y los medios de comunicación, entre otros. El segundo eje, que se aborda en tan solo un párrafo, se centra en la no discriminación, es decir, el hecho de que ninguna persona debe sufrir discriminación por su lengua (materna). Por último, el tercer eje de la declaración se enfoca en la “autodeterminación”, es decir, el derecho que tiene cada comunidad para tomar decisiones con respecto a su lengua. En suma, la definición de los “derechos lingüísticos” que se ofrece en el texto abarca el derecho a usar la lengua propia en diversos contextos, el derecho a la no discriminación y el derecho a la autodeterminación.   


Luego de indicar brevemente qué son los derechos lingüísticos, los últimos dos párrafos del texto invitan a la acción: se indica qué podrían hacer las personas y las comunidades en caso de que se vulneren sus derechos lingüísticos. De esto se hablará más adelante; primero, no obstante, abordemos las cuestiones que surgieron con la solicitud de observaciones y comentarios.


Sobre el diseño

Algunas de las observaciones y comentarios que recibimos hacían hincapié en aspectos de diseño, específicamente, en cómo se presentaba el texto para ser divulgado en redes sociales. Además, debimos considerar su extensión, ya que, si bien constaba de unos pocos cientos de palabras, nuestro primer intento de ubicar el texto en una sola imagen no prosperó. El texto era muy pequeño y quedaba demasiado amontonado en la pantalla de un teléfono; resultaba imposible leerlo sin hacer zoom, lo que creaba una primera impresión confusa y desconcertante. 


Teniendo en cuenta estas observaciones, desarrollamos soluciones de diseño que permitieran la divulgación del texto en redes sociales y su acceso mediante teléfonos. En una primera instancia, dividimos el texto en nueve páginas, pero como rápidamente nos dimos cuenta de que había que desplazarse mucho por la pantalla, acordamos dividirlo en cinco. Las cinco páginas se distribuían de la siguiente manera: el título; el alcance de los derechos lingüísticos; la no discriminación y la autodeterminación; el llamado a la acción; y el modo en que la coalición trabaja para defender lo derechos lingüísticos de todas las personas.


A continuación separamos el texto de cada página en distintas secciones, para que el público pudiera procesar, entender y retener la información con mayor facilidad. Decidimos usar también bloques de color y destacar frases importantes para agregar elementos visuales que mantuvieran el interés por la lectura. Replicando la simplicidad del contenido del texto, optamos por limitar los colores al rojo y a una escala de grises. De este modo, intentamos evitar la típica presentación de las declaraciones de derechos —jerga legalista que ocupa extensos párrafos sin elementos visuales— con el propósito de alentar su amplia divulgación. 


Otra de las estrategias usadas para lograr la amplia divulgación fue la traducción. Hasta el momento, el texto ha sido traducido solo a lenguas escritas, lo que resulta excluyente a lenguas de señas y habladas. Esperamos elaborar estrategias para atender esta situación en el futuro. Otra cuestión que debimos tomar en cuenta fue que el diseño estaba basado en una plantilla en el idioma inglés. Como el espacio destinado para el texto se había creado en base a esta lengua, fue necesario ajustar el tamaño de las secciones para poder incluir el texto en los otros idiomas. Por ahora, estas modificaciones no fueron significativas en cuanto al diseño, pero dado que esperamos contar con más versiones en otras lenguas, anticipamos la necesidad de resolver problemas similares en el futuro.  


Incomodidades y acuerdos mutuos

Con respecto al texto en sí mismo, la frase “alguien le quitó sus derechos lingüísticos” fue una de las cuestiones que se mencionó recurrentemente en las observaciones y comentarios que recibimos. Para muchas personas, esta descripción de las vulneraciones a los derechos humanos contradice la propia naturaleza de estos derechos, es decir, que de ellos goza cualquier persona (son universales) y que nadie puede arrebatárselos (son inalienables). Sin embargo, casi todas las alternativas —por ejemplo, términos como “vulnerados”— iban en contra de nuestra intención de emplear un lenguaje claro. Además, nos pareció que la sensación que inspira la frase “le quitó sus derechos lingüísticos” es tangible y visceral, de manera que es más sencillo imaginar y comprender en qué consisten las vulneraciones de los derechos lingüísticos.


Otra observación que recibimos fue que el texto parecía eliminar el multilingüismo y, en su lugar, promovía una mirada simplista —incluso dañina— de la diversidad lingüística. De nuevo, probamos con frases como “la(s) lengua(s) con la(s) que usted o su comunidad se identifican”; sin embargo, nos percatamos de que esta frase se alejaría de un lenguaje sencillo. Aunque asumimos que el público lector lo inferirá, quisiéramos aclarar, no obstante, que la frase “su lengua” no implica que las personas a las que nos dirigimos sean hablantes de una sola lengua, sino que al menos una de las lenguas que hablan o con las que se identifican ha sido objeto de opresión y marginación; en otras palabras, nos referimos a la lengua en la que se niegan derechos.


No fue fácil negociar estas y otras cuestiones. De hecho, casi siempre se dio prevalencia a la sencillez y a la precisión. En realidad, en casi todos los casos se priorizó un lenguaje sencillo con la esperanza de potenciar la comprensión de qué son los derechos lingüísticos y qué implican. Tomamos esta difícil decisión porque creemos que es urgente generar conciencia en torno a estos derechos.


Aspectos prácticos de la declaración

Al intentar promover la concientización sobre los derechos lingüísticos, nos enfrentamos a un problema al que en filosofía se conoce como “injusticia hermenéutica”; esta ocurre cuando a las personas y comunidades se les niegan los recursos intelectuales para interpretar su opresión y crear sus propios caminos de liberación. En otras palabras, la injusticia hermenéutica se da cuando las personas aceptan su propia opresión como normal, natural o incluso justa. Hoy en día, a diversas comunidades alrededor del mundo se les niega el conocimiento sobre los derechos lingüísticos. Los Estados y otros actores poderosos perpetúan esta injusticia hermenéutica como parte de sus mecanismos para mantener el dominio. La intención de nuestra declaración es debilitar dicho dominio siempre que podamos.


Nuestra declaración sobre los derechos lingüísticos se basa en una estrategia subyacente para debilitar ese dominio. El llamado a la acción al final de la declaración parte de esa estrategia, la cual proviene del activismo popular en materia de derechos humanos, y se conoce como “denunciar y desacreditar”. Durante décadas, grandes organizaciones de derechos humanos —como Amnistía Internacional y Human Rights Watch— han utilizado esta estrategia exitosamente, pero por lo regular no es algo que se aplica al activismo por los derechos lingüísticos. Con la estrategia de denunciar y desacreditar se usa la presión pública como mecanismo de acción, y su objetivo es cambiar las conductas y políticas de quienes vulneran los derechos. La evidencia demuestra que funciona.


Por lo tanto, la declaración de la coalición sobre los derechos lingüísticos alienta a las personas a identificar al agente (individual o institucional) que les ha “quitado” cualquiera de los derechos lingüísticos descritos en el texto. Es importante destacar que la declaración alienta a las masas a identificar públicamente a ese agente de cualquier manera posible: protesta pública, redes sociales y otras vías. Al hacerlo, nuestro objetivo es presionar a quienes vulneran estos derechos para que cesen sus conductas opresivas y, al mismo tiempo, exonerar a la víctima de responsabilidad.


Finalmente, queríamos que el llamado a la acción reconociera algunas de las duras realidades del activismo por los derechos lingüísticos. Sabemos que denunciar y desacreditar conlleva siempre una lucha como las de David y Goliat, es decir, son luchas con enormes disparidades de poder. A veces puede implicar riesgos reales. Por tanto, la declaración termina resaltando la importancia de la solidaridad. Creemos que al trabajar de manera conjunta podemos amplificar los mensajes divulgados al denunciar y desacreditar públicamente, y así, ayudar a mejorar la seguridad de los defensores, activistas y aliados que participan en ello. De esta manera, podemos ayudar a garantizar los derechos lingüísticos para todas las personas.



Miembros del grupo de trabajo:

Avishta Seeras, creadora y productora en Lingua-Cultura Experience

Diana Camps, investigadora en la Universidad de Glasgow

Gerald Roche, profesor titular de Política en la Universidad La Trobe

John Prendergast, oficial de planificación del idioma irlandés de West Kerry en Tobar Dhuibhne

Katie Craig, consultora independiente en lengua y educación

Naomi Filmore, Universidad de Queensland

Y otras personas que desean preservar su anonimato.


*Autoría de la presente traducción: Las integrantes del grupo en español, iniciativa piloto para #GLAD24, que se mencionan a continuación elaboraron esta traducción de manera colaborativa:

Irene Gotera, fundadora de Linguistic Justice®

María-Leticia Cazeneuve, directora general de Humane Language Services

Mariana Favila-Alcalá, cofundadora de Tradhumanas de Nuestramérica

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